Se trata de una residencia de veraneo ubicada en la ladera de una duna, a 160 kilómetros de la capital, donde se reúnen padres, hijos y amigos a pasar fines de semana, o períodos más largos especialmente en el verano. El lugar posee una magnífica vista al Pacífico, a la vez que una fuerte pendiente hacia el mar, que debían ser explotadas. Es por esto que el programa se desarrolla en tres niveles -además de una habitación para invitados bajo la piscina- y la totalidad de las habitaciones mira al mar. La casa está planteada como un volumen monolítico de hormigón visto que alberga la sala de juego y el cuarto de TV en el zócalo, las habitaciones y estares de jóvenes en la planta baja, y el estar principal, la cocina y la habitación principal en el nivel superior.
Más detalles en la web del arquitecto.