



La casa logra concentrar en un piso todos los recintos pedidos por los propietarios. La pronunciada pendiente del terreno permite ocultar casi por completo el volumen, que aparece como una plataforma y coincide con el acceso. La imagen de este objeto se repite en el interior, como un mueble alargado que ordena el espacio público y marca la entrada principal. Los espacios de encuentro se concretan en una planta en forma de U donde en el área central se ubican el estar, el comedor, la cocina y el acceso. En los laterales se ubican los dormitorios y servicios. Artículo detallado en El Mercurio. Fotos: Guy Wenborne. Vía Noticias Arquitectura.