“Querido amigo, usted es realmente extraordinario”. Le Corbusier hizo este comentario a Amancio Williams en el año 1948, cuando apenas se conocían aunque existía intercambio de textos, investigaciones y proyectos entre el mítico 35 Rue de Sevres de París y el estudio de Buenos Aires. ¿Le expresaría semejante halago Haydn a Mozart mientras intentaba interpretar al piano sus partituras imposibles?, o Beethoven a Ferdinand Ries, su discípulo, cuando le hacía copiar sus sinfonías, antes de convertirse este último en un gran compositor? ¿Representaría Amancio la necesaria síntesis entre arquitectura e ingeniería, que había planteado Le Corbusier en “Vers une architecture”? Ambos compartían su ilusión en la capacidad del hombre moderno y en la técnica para ordenar el mundo, sus reflexiones y sus nuevos trabajos. En Noticias Arquitectura.
“Querido amigo, usted es realmente extraordinario”. Le Corbusier hizo este comentario a Amancio Williams en el año 1948, cuando apenas se conocían aunque existía intercambio de textos, investigaciones y proyectos entre el mítico 35 Rue de Sevres de París y el estudio de Buenos Aires. ¿Le expresaría semejante halago Haydn a Mozart mientras intentaba interpretar al piano sus partituras imposibles?, o Beethoven a Ferdinand Ries, su discípulo, cuando le hacía copiar sus sinfonías, antes de convertirse este último en un gran compositor? ¿Representaría Amancio la necesaria síntesis entre arquitectura e ingeniería, que había planteado Le Corbusier en “Vers une architecture”? Ambos compartían su ilusión en la capacidad del hombre moderno y en la técnica para ordenar el mundo, sus reflexiones y sus nuevos trabajos. En Noticias Arquitectura.