El proyecto consiste en un único cuerpo edificado con entidad propia y no como suma de dos viviendas. La propuesta consiste en un prisma dispuesto paralelamente al linde con la parcela vecina y separándose los tres metros preceptivos de ésta y del vial para liberar el máximo de superficie continua de jardín, maximizar la privacidad y orientar la casa hacia el mar. El programa funcional se divide en dos partes: la privativa de cada una de las familias y la susceptible de ser compartida o de uso alternado. Las viviendas se unen a través de las cocinas. Entre los dos volúmenes se sitúa un amplio patio de uso común protegido del sol por una celosía pivotante de lamas de madera que lo transforma en un agradable umbráculo. Ver en la web de los arquitectos.