Esta obra de Peter Zumthor, ganadora del premio Mies Van der Rohe, se revela tanto por la forma y el espacio como por el tratamiento de la luz y la materia, donde el detalle y el rigor alcanzan una importancia extrema en la definición de la obra y de la idea conceptual.
El edificio situado a lo largo del lago Konstance, en una pequeña ciudad alpina de Austria, está construido esencialmente de dos materiales: hormigón y vidrio. El exterior se reviste en placas de vidrio sobre un soporte de estructura metálica, permitiendo el ingreso de aire y luz. El interior está caracterizado por el color y la textura de las paredes de metal pulido. Ver artículo completo en palavras da arquitectura.